La bioenergética es una terapia que enfoca sobre el cuerpo-mente, considerándolos una unidad indisoluble. Sostiene que al relajar las corazas musculares y permitir el libre fluir de la energía vital se resuelven diferentes afecciones. Los tratamientos de la bioenergética se basan en la respiración, el enraizamiento (grounding), la vibración, la gimnasia consciente y los masajes.
Origen
Si bien se le atribuye al médico y psicoterapeuta estadounidense Alexander Lowen (1910 – 2008) ser el inventor del término bioenergética él mismo reconocía que se basó en el psiquiatra y psicoanalista Wilhelm Reich (1897 a 1957) por lo que se lo podría definir como el precursor de la bioenergética.
Lowen estudió “Vegetoterapia Caracteroanalítica” con Reich desde 1940 a 1952, año en el que empezó a dedicarse a la práctica profesional de la psicoterapia, cofundando el Instituto de Bioenergética en 1955 con su par, también alumno de Reich, el médico y psiquiatra John Pierrakos (1921 – 2001). Para ese entonces Reich ya venía teniendo problemas con las autoridades por sus prácticas relacionadas con la energía orgónica.
Hubo alguna diferencia técnica, desde trabajar con la respiración del paciente acostado los más jóvenes llegaron a la conclusión de que la posición erguida de una persona es más importante para permitir una amplia gama de movimientos. Y mientras Reich buscaba liberar la energía mediante cajas liberadoras de energía vital (que él denominó orgón) Lowen y Pierrakos se enfocaron en ejercicios para abrir el flujo de energía en el cuerpo, liberando los impulsos bloqueados, así como la conciencia de los recuerdos y sentimientos reprimidos.
Sin embargo, la base era de Reich cuya misión consiste en derribar las barreras que bloquean el libre flujo de energía psíquica del paciente. Esto lo conseguía aplicando un principio que había descubierto que afirmaba: “La psique de una persona y su musculatura voluntaria son funcionalmente equivalentes”. Con esto, Reich plantea que los bloqueos psíquicos se corresponden a contracciones musculares crónicas. Y a diferencia de su origen con Sigmund Freud, Reich, por el contrario, abrazaba, retorcía y estiraba los cuerpos de sus pacientes hasta que largaran el llanto o vomitaran.
Sostienen que cada individuo crea su coraza mediante hábitos corporales y actitudes, con el fin de protegerse tanto del mundo externo como de sus propios deseos e instintos. Reich afirmaba que las corazas corporales se encuentran en siete sectores: ojos, boca, cuello, pecho, plexo solar, cintura o pelvis y genitales.
¿Cómo funciona?
La teoría sostiene que el ser humano busca el placer y huye del dolor de modo inconsciente. En bioenergética se lee el cuerpo dado que sostienen, como decíamos más arriba, que la imagen del ego lo modela basado en un sistema psíquico de negaciones, racionalizaciones y proyecciones. Para abordar los tratamientos han subdividido en cinco tipos de caracteres, que desde luego no siempre se dan tan puros. Las cinco caracterologías son: Esquizoide, Oral, Sicopático, Masoquista y Rígido. Cada cual con sus marcas de la niñez que han dejado su impronta mediante corazas musculares llevándolo a un tipo de cuerpo.
El trabajo de la bioenergética busca entender la personalidad en relación a su cuerpo y busca que el paciente pueda recuperar su condición de libertad. Para eso trabaja movilizando la energía contenida en el cuerpo a través de las tensiones musculares (corazas) con técnicas diversas que van desde el diálogo, respiraciones, masajes, gimnasia consciente y ejercicios. De ese modo se logra aumentar la capacidad de las personas para experimentar placer mientras se facilita la expresión de sentimientos y la posibilidad de dar y recibir afecto.
Estructura del carácter
Aclaremos que los terapeutas no tratan tipos sino a personas: observan el cuerpo, el suelo que pisa, la gente que trata y la relación con el terapeuta. Lo que va a continuación, muy sintetizado, solo les sirve para orientarse y entender a sus pacientes.
Carácter esquizoide
“Puedo existir si no necesito intimidad” porque sienten miedo al rechazo y por ende evitan la intimidad.
Suele tener el cuerpo estrecho y contraído. Flaco y largo, tenso. Principales tensiones en la base del cráneo, articulaciones de hombros, piernas y pelvis y en torno al diafragma, tensión que tiende a dividir el cuerpo en dos. El rostro como una máscara con ojos sin vivacidad que evitan el contacto.
Carácter oral
“Puedo expresar mi necesidad mientras no sea independiente”. Tiene muchos rasgos típicos del período oral de la infancia: débil sentido de independencia, tendencia a estar pegado a los demás, la disminución de la agresividad, y un sentimiento interior de estar necesitando que lo sostengan, atiendan y cuiden.
Baja carga energética, pero circula por la periferia, aunque débilmente. Cuerpo largo y frágil, pero no está tenso. Especial falta de fuerza en la parte inferior del cuerpo.
Carácter psicopático
“Puedes estar en mi intimidad mientras quedes en un plano de inferioridad”. Niega los sentimientos, es el ego y la mente contra el cuerpo y sus sentimientos. Gran gasto de energía en la imagen. Afán por el poder, necesidad de dominar y controlar. Irregularidad en el flujo de energía entre el arriba y el abajo.
La personalidad psicopática teme ser controlados y necesitan a quien dominar. No tolera derrota.
Carácter masoquista
“Yo seré tu fiel compañero y amigo, y tu me querrás”.
Individuo que padece, se queja, pero sigue sumiso, aunque por dentro siente rencor, negatividad, hostilidad y superioridad y se bloquea por miedo a explosiones de ira. Sus músculos poderosos y macizos frenan manifestaciones violentas.
Carga energética, pero fuertemente retenida. Los impulsos hacia arriba y hacia abajo se estrangulan en el cuello y la cintura. La extensión corporal está limitada; suele tener un cuerpo bajo, recio y muscular y con espeso vello corporal. Cabeza hundida. Cintura corta y ancha, con los glúteos hacia adentro.
Carácter rígido
“Yo puedo ser libre si no pierdo la cabeza y me entrego de lleno y apasionadamente al amor”.
Orgullo en defensa propia y rigidez inflexible. Teme ceder por considerarlo igual a rendirse. Consideran la pasividad como vulnerabilidad. En guardia contra ser utilizado y que se aprovechen de él. Frena impulsos de abrirse y salir a alcanzar algo, por eso queda atrás.
Músculos largos del cuerpo en tensión con espasticidad en extensores y flexores. Procede con el corazón, pero controlándose con la mente. Establece relaciones bastante íntimas, pero sigue en guardia.
El rompedor de paradigmas
Wilhelm Reich, psiquiatra y psicoanalista austríaco, que luego se muda a Estados Unidos, célebre por muchas contribuciones entre ellas a la terapia psicoanalítica, la sexología, la bioenergética que también fue inventor.
Fue miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena hasta 1933, siendo inicialmente discípulo de Freud, aunque se fue alejando por diferentes cuestiones, desde el tratamiento –que acusaba a los psicoanalistas de interminables “charloterapeutas”- hasta por su posición respecto al factor social como responsable de la neurosis individual. Si bien su teoría lo acercaba al marxismo, y lo distanciaba del nazismo, terminó expulsado tanto la Sociedad Psicoanalítica como del Partido Comunista.
Reich comenzó a fijarse que las barreras psicológicas del paciente tendían a perpetuarse inconscientemente, notando que las personas tenían miedo a romper sus bloqueos porque eran incapaces de sentir el placer de la distensión, de relajarse, de dejarse llevar. Inventó así el Análisis Caracteriológico. De esta manera, antes de pretender llegar al centro del problema psíquico del paciente mediante charlas de años, él derribaba las barreras que bloqueaban el libre flujo de energía psíquica del paciente del modo que encontrara, sin dudar del contacto físico.
Reich percibió que los patrones musculares se podían explicar desde el punto de vista de la energía vital -que denominó energía orgónica– que recorre el cuerpo.
Reich, uniendo sus teorías al marxismo, da una explicación del porqué la mayor parte de la población sufre patologías mentales y vive en condiciones de fuerte represión sexual. Considera que el dominio de una clase social sobre otra necesita que la mayor parte de la población sufra atrofia en su vida sexual. Y sostenía que el capitalismo es incompatible con la salud mental de la población, que solo se podría lograr de la mano de la abolición de la sociedad de clases. Tesis que sin duda molestaría a más de uno.
En su última etapa Wilhelm Reich tenía ya muchos detractores que comienzan a calificar su obra como “delirante”. Sus estudios centrados en el orgón, la energía vital del organismo, lo llevan a construir en 1940 el primer “Acumulador de Energía Orgónica”, una caja de madera con revestimiento interno de metal. El objetivo de Reich era hacer fluir la energía en el cuerpo de sus pacientes. Entendía que enfermedades como el cáncer, eran acumulaciones de orgones negativos. Creó el Instituto del Orgón, su editorial y Orgonon, hogar del acumulador de orgones y un centro de investigación. Cabe señalar que los resultados de sus investigaciones han podido ser replicados por sus seguidores, pero rara vez escépticos, lo que le costó una discusión con Albert Einstein que Reich hizo pública.
Su vida termina en la cárcel luego de que el estado norteamericano lo enjuiciara por “estafa” al comercializar las cajas acumuladoras de energía orgónica. Tal vez lo más significativo es que se preocuparon por destruir todos los documentos que pudieron encontrar de Reich mientras negaban la existencia del orgón.
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