La curiosidad y la necesidad de ampliar nuestros horizontes, hoy nos llevan a investigar una disciplina tan antigua como lo es la numerología, prima hermana de la astrología.
Pitágoras fue el primer filósofo griego que estudió los números, no solo desde una perspectiva matemática sino también con una visión energética. Para él era la esencia de la divinidad, guardaba ideas ligadas a las energías divinas.
También se considera que esta disciplina tiene su origen en la Kaballah, un libro de textos que explica el pensamiento y el misticismo judío y utiliza para ello las veintidós letras de su alfabeto.
En este sistema, cada letra se encuentra alineada con un número y luego todos los números se suman dando un dígito como resultado. A esto se lo considera en la Kaballah el significado numerológico de un nombre.
Para sumar conocimientos al respecto, entrevistamos a la profesora Alejandra Tarantola, quien comenzó por definir los alcances de esta disciplina. “La numerología se dedica a analizar el significado de cada número. Los considera vibración que influyen directamente en nuestra vida ordinaria, de allí que conocer su significado es una herramienta de autoconocimiento más que un valor predictivo. En mi caso los números son mi vida, mi pasión”, aseguró.
Su vínculo con la numerología comenzó en 1994. “Buscaba algo, no sabía a ciencia cierta qué y esa búsqueda me llevó a un curso de numerología. Desde entonces un mundo de posibilidades se abrió frente a mí, el cual sigo develando aún hoy”.
– Es que los números están en todas partes, ¿verdad?
– Exacto, en la fecha de nacimiento, en la cantidad de vocales y consonantes que forman tu nombre, en el número de tu casa, etc. Todo nuestro destino está signado por un número y al saberlo se convierte en una herramienta de conocimiento que, bien utilizada, permite que alcances tus metas, que sepas tu potencial, para que puedas realizarte en esta vida y cumplir tu misión. Obviamente siempre está el libre albedrío y uno elige qué hacer con el conocimiento.
Explicó que los números se pueden leer e interpretar a través de una carta numerológica: “Primero sumando la fecha de nacimiento te da el sendero natal, el número kármico. La suma de las vocales da la parte interna, la suma de consonantes da como resultado tu personalidad; la suma de estas dos cifras da el destino, que, a partir de los 25 años, se nos considera maduros para decidir sobre nuestras vidas. Por último, la suma de todas estas cantidades da el número potencial”.
Alejandra aseguró que, en su caso, “al conocer mi potencial comprendí mi misión y es la que trato de cumplir difundiendo la numerología, colaborando como guía, orientando a las personas que me consultan”.
– ¿Hay números positivos y números negativos?
– No, los números son todos positivos. Es uno mismo con su vibración o su pensamiento que los torna en algo menos positivo. Las personas cumplen años y entran en cierta vibración, todos los números importan, pero ese es el que va a prevalecer durante doce meses, y es interesante conocer su potencia para inclinar la balanza en tu beneficio ante un viaje, mudanza, negocio, amor o embarazo.
– ¿La numerología puede incidir en las relaciones personales?
– Sí, por supuesto. Sobre todo, en salud y espiritualidad, los números dan la respuesta exacta. Eso es lo maravilloso. Para las relaciones se hace la compatibilidad, se ve qué afinidad existe entre los números, se comparan las personalidades, el potencial y hasta también da un número que puede indicar la casa a habitar (con qué terminación, cuál es la más favorable, un detalle muy importante, porque es el hogar donde nace la armonía, el descanso… los hijos).
En ese sentido, Alejandra remarcó que con la casa sucede algo muy llamativo. “Si ya fue habitada tiene una vibración especial, y si pasó algo terrible en ella eso se puede saber a través de los números”. Incluso los números son útiles para elegir el nombre de los hijos. “Al saber su sexo, se puede buscar un nombre que lleve más números maestros, que lo ayuden a elevar su potencial y a convertirse en una persona brillante”, aseguró la profesora.
Al respecto, Alejandra enfatizó que se debe tener en cuenta también el apellido paterno, “que ya acarrea una vibración intensa, por cierto, y pesa a la hora de actuar. Es una especie de endoso que cada persona recibe, que te puede elevar o paralizar. También cuenta el materno. Ambos influyen en un sentido u otro. Pero al conocer la vibración, podés manejarlo”.
– Hoy que la ley de cambio de género es un hecho: ¿Al modificar tu nombre modificas tu vibración?
– En algunos casos sí. Hay que analizar cada caso en particular y evaluar la realidad de cada uno sin juzgar. Porque los números no juzgan, no saben de género.
Para Alejandra, la ecuación es simple: “cuando uno logra comprender que el saber da oportunidades, está más atento a las señales, la mente se abre y la vida puede cambiar. Saber cuál es nuestra misión, nos libera de bloqueos que pueden durar años y nos permite dejar de repetir una y otra vez los mismos errores”. Y la consecuencia resulta trascendental: “nos elevamos en todo sentido y somos en definitiva felices, y un ser humano feliz es un mundo feliz”.
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