Las tejedoras del norte argentino y la zona andina todavía conservan las técnicas de teñido de sus ancestros. La preparación del teñido, es toda una actividad a desarrollar en familia que lleva días el proceso, los niños y jóvenes son los encargados de recolectar de la naturaleza sus frutos, semillas, hojas. Utilizan plantas nativas para las tinturas algunas se deben secar y moler otras macerar y fermentar durante horas para utilizarlos cuando el agua esté lista para crear los colores que llevará el tejido.
Los colores cálidos como amarillos, verdes, naranjas, marrones, ocres, salen de las hojas del diente de león, romero, también las cascaras de la cebolla, la corteza del cedro, en la gama de azules lo ofrece el índigo, estos son algunos de los elementos vegetales que emplean.
La preparación del teñido se realiza primeramente cuando lavan con agua tibia la lana de oveja o alpaca, sus fibras deben estar sin impurezas así pueden absorber bien el nuevo tinte, cuando la lana está seca se hacen pequeñas madejas sujetas con hilos, en forma de ocho sin apretar las lanas, así a la hora de teñir sea parejo el color y evitar que se enrede. Todo teñido es asistido por uno o varios mordientes dependiendo de la fibra que se coloree, antiguamente eran naturales como cenizas, hojas de plantas, orina, jugo de limón, sal, ahora los mordientes suelen ser sales metálicas como el hierro, cobre, aluminio lo cual se disuelve en el agua caliente y se divide de la sal para luego impregnarse en las fibras fijando el color. El jugo de limón aclara los colores y el vinagre les da brillo.
Los mordientes más usados en las comunidades andinas actuales es el alumbre, sulfato de aluminio y potasio que da colores vivos. Colpa cambia los tonos a más claros (colpa blanca) o los oscurece (colpa amarilla).
El recipiente que se usa para teñir es solo para ese propósito y tiene que lavarse al terminar el trabajo, porque los mordientes podrían arruinar las ollas, entonces se utilizan cenizas.
Las tejedoras antiguas solían utilizar ollas de barro que le daban diferentes tonalidades a la lana, en estos tiempos se utilizan también ollas de aluminio, este elemento produce colores más suaves, los tarros oscurecen los teñidos, y las ollas si son de cobre o hierro no necesita el mordiente.
Como llegan al color
La preparación y el tiempo depende del color que se quiera lograr pero el proceso consiste en hervir el agua, cocinar las plantas o cortezas, después colar el tinte, el agua con tinte regresa al fuego, se sumerge las madejas de fibras y con una cuchara de madera o un palo se debe moverlas, luego se coloca el mordiente, se saca la lana, se enjuaga con un jabón suave se deja secar bajo la sombra, de esta manera se tiñe la lana de oveja o alpaca para luego llevarlas al telar.
Existen poblaciones al norte de nuestro país y la zona andina con un legado impregnado de sabiduría ancestral, en esa simpleza de hacer y crear colores con los frutos naturales han tejido una gran red que conecta a diferentes culturas y cada fibra nos une a nuestra madre naturaleza.
Milagro Acosta
Fotos: 1. Mujeres andinas. 2. Alpacas del Altiplano Andino.
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