La inteligencia del corazón

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Hace unas cinco décadas John y Béatrice Lacey descubrieron que el propio corazón podía enviar señales al cerebro, éste no sólo comprendía sino que además podía obedecer. “El que emitía las órdenes ya no siempre era el que se creía” y se preguntaron: ¿El corazón tiene cerebro? En ese proceso de investigación se desarrollaron diferentes búsquedas hasta ir descubriendo que el corazón contiene un sistema nervioso, diseñado con más de 40.000 neuronas en su interior, tantas como lo que se encuentran en algunas partes del cerebro, sumándole una abundante red de neurotrasmisores, células de apoyo y proteínas.
Posee circuitos tan bien diseñados que le conceden su propia independencia del cerebro, manifestando sus capacidades de percibir, aprender y recordar, dando a conocer su inteligencia en las investigaciones neurofisiológicas.
Las cuatro conexiones
del corazón a la cabeza
Las cuatro conexiones que salen del corazón y se dirigen al cerebro de la cabeza tienen un sistema que se comunica primeramente en impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe de él, es lo que lo destaca como el órgano con ese dominio, ya que puede inhibir y activar diferentes partes del cerebro dependiendo de las condiciones que se presenten. Entonces influiría en nuestros pensamientos, reacciones y percepción de la realidad.
Segundo la información bioquímica mediante neurotrasmisores y hormonas ANF, uno de sus resultados es inhibir el cortisol (hormona del estrés) y liberar la hormona del amor y crearla.
Tercero la comunicación biofísica que estaría interrelacionadas al ritmo del corazón y los mensajes que el corazón envía al cerebro y al cuerpo.
La cuarta comunicación se relaciona con su campo electromagnético que le da el poder de expandir una energía más intensa que el cerebro.

Diferentes tradiciones espirituales como cristiana, budista, hinduista, etcétera, se refieren al corazón como un lugar sagrado que al cultivarlo con sabiduría y amor, despertamos el ser superior que todo ser humano tiene dentro.
Es clave en estos momentos construir y crear nuevas conexiones en el corazón para dejarlo expresar su sabiduría y proyectar tanta energía electromagnética que contagie y ponga en ritmo a todos los corazones de los seres más cercanos, de la ciudad, país y el mundo. Es tiempo de elevar la vibración del corazón con mayor conciencia, compromiso y uniéndonos en Amor.

 

Bibliografía:
Annie Marquier, El maestro del corazón
Estudios de frecuencia cardíaca (Jhon Lacey y Béatrice Lacey)


“El futuro es incierto… pero esta incertidumbre está en el corazón mismo de la creatividad humana.”
Ilya Prigogine

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