Vibración y sonido

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Quería compartir con ustedes, que es eso de la vibración y el sonido.
Todo a tu alrededor vibra, se mueve y aquello que está vibrando, produce sonido y color. Es esta vibración la que hace que los seres se conecten y contacten como por ejemplo: los artistas se junten entre sí. De este modo se agrupan los de una misma profesión, partido político, creencias o formas de pensar.
Así tenemos que cuando estamos vibrando bajo (lento, pesado) por Ley de Vibración nos conectamos y manifestamos enfermedad, escases, inconformismo, etcétera.
Y por el contrario, cuando vibramos Alto (rápido, liviano) por la misma Ley de Vibración nos conectamos con la felicidad, amor, alegría, salud, provisión, belleza, etcétera.
Bajo esta misma línea de pensamiento tenemos que si vibramos bajo el sonido que generamos va a ser ruido duro (heavy metal) y su color será oscuro. Mientras que si vibramos Alto tenemos sonidos armónicos (música) y generamos colores bellos y brillantes como los del Arco Iris.
Estos sonidos de alta vibración los podemos encontrar en bellos instrumentos sagrados y ancestrales como los cuencos de cristal y cuarzo, cuencos de metal, campanas de metal (llamados tibetanos); Gongs, Tingas, y otros.
Hoy les contaré sobre estos primeros (cuencos de cuarzo y cristal) podemos remontarnos a la antigua y radiante civilización Atlante, con altos conocimientos tecnológicos cuyo objetivo principal consistía en crear instrumentos de luz destinados a la sanación del alma y el cuerpo. Estos sabios sacerdotes e ingenieros Atlantes inspirados por la Fuente Superior, lograron diseñar bellísimas piezas de cristal de cuarzo capaces de emitir pulsos de sonido y color, con el fin de expandir la vibración del Planeta Tierra (Gaia) hacia octavas dimensionales de amor incondicional y sabiduría infinita.
Estos cuencos los encontraron en el antiguo Egipto, en sus templos iniciáticos, realizados en Alabastro y Lapislázuli. En la actualidad son bowls de cristal de cuarzo puro (99,9% silicio), que al ser rozadas en forma suave con una vara especialmente diseñada, son capaces de emitir impulsos sonoros de alta calidad vibratoria, destinados a la sanación de alma – mente y cuerpo.
El cristal de cuarzo amplifica los procesos de sanación en personas y espacios; pueden vibrar de una forma regular y tienen una estructura molecular interna en espiral (muy similar a la del ADN). Esto hace que los cuencos de cuarzo tengan propiedades sonoras únicas, creando un campo sónico multidireccional que se expande hasta 8 kilómetros de distancia y que puede durar varios minutos antes de extinguirse.
Por el principio de resonancia, estos cuencos producen una interacción entre su vibración y la de la persona. La frecuencia producida por los cuencos tiene el poder de hacer vibrar los átomos y reorganizarlos en una estructura cristalina más armónica. Su sonido afectará de una manera global al individuo, equilibrando su campo energético, los chakras y el cuerpo físico. La vibración repercute en la columna vertebral actuando como un poderoso vehículo de resonancia, y se extiende a través del sistema nervioso, a nuestras células, tejidos y órganos. Por medio del sonido es posible cambiar los ritmos de nuestras ondas cerebrales, así como el latido de nuestro corazón y nuestra respiración.
La potente vibración de los cuencos de cuarzo estimula a las neuronas a realizar sus conexiones, lo cual influye en la capacidad cerebral y el desarrollo de la conciencia. También, a nivel terapéutico, es posible solucionar problemas neurológicos, al establecer nuevas conexiones neuronales (El Dr. Jeffrey Thompson, director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas de California), ha conseguido resultados excelentes en el tratamiento de la dislexia, desórdenes en la falta de concentración y dificultades de aprendizaje utilizando frecuencias sonoras. También el sonido cristalino repercutiendo en el cerebro, detona en el hipotálamo la secreción de sustancias neurotransmisoras curativas tales como: neuropéptidos, endorfinas, dopaminas y serotonina.

Todo este proceso hace que experimentemos una sensación de bienestar, expansión de conciencia, mente, alma, llegando a un estado similar al que los orientales llaman nirvana.

Mayhuma
(Mónica Farías)

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